¿Puede hoy una epidemia de gripe matar a decenas de millones de personas, como pasó en 1918? Actualmente tenemos vacunas y tratamientos antigripales efectivos, así como antibióticos contra infecciones secundarias, y también una capacidad de reacción más rápida que en el siglo pasado. Por otro lado, gracias a los vuelos internacionales, las epidemias se propagan mucho más rápido. Si aparece algún día un virus de la gripe suficientemente agresivo (como el de la gripe aviar) y de fácil contagio (como el de la gripe porcina), algo que no es ni mucho menos imposible, las consecuencias pueden ser nefastas. Por esto es importante que todos los países estén preparados para actuar con rapidez si se da el peor de los casos.